ELECCIÓN MEXIQUENSE: VERGÜENZA NACIONAL Y DE ESTADO

Escrito por Juliana Castellanos Pedraza el . Posteado en Guliana en el País de las Desmaravillas

¿Tanto será el miedo de los priistas de ser descubiertos en todas sus tropelías y afrentas al pueblo, que le apostaron a la elección de Estado, para asegurar un pírrico triunfo mediático de conteo rápido la noche de este domingo 4 de junio?

Sí, sin temor de equivocarnos, pues desde que empezó la campaña mexiquense de dos meses -oficialmente- no se escatimó ningún recurso estatal y federal para su candidato Del Mazo III, que a decir de varios analistas, ¡nunca levantó ni entusiasmo ni empatía entre la militancia!, sólo entre su equipo de campaña, lambiscón de oficio y beneficio.

Infinidad de irregularidades reportadas –a lo largo de varias semanas- por mexiquenses hartos de tanto cinismo y de ineficacia gubernamental acumulada en varios sexenios de burla, de negocio para la familia atlacomulquense, de valemadrismo hacia un pueblo que en poco lapso de tiempo vio desaparecer el poco bienestar; amén de la preocupación de un futuro bastante incierto.

Sí, migajas económicas-sociales a través de salarios rosas para conservar el voto de su clientela –ya sea por ignorancia o conveniencia-; amenaza, persecución, secuestro y tortura a opositores –sobre todo de Morena- no se olvidan ni las coronas funerarias en Acolman ni las cabezas de cerdo lanzadas afuera de las oficinas partidistas en Tlalnepantla, Ixtapaluca y Chalco o, la visita policíaca en Tejupilco; desvío de recursos y acciones, pues como carrusel de feria barata, el gabinete casi entero peñanietista desfiló varias veces por tierras mexiquenses prometiendo el oro y el morro por doquier; intimidación a funcionarios de casilla verbal o vía telefónica; instituciones electorales de la entidad, secuestradas con sueldos y prestaciones de ensueño para los consejeros y decepción informática de conteo muestral que no convenció en su fallida presentación a la prensa.

Así se resume la campaña y una elección –calificada ya y sin ninguna duda- de Estado, todo para evitar un cambio urgente en una entidad que requiere otra forma de gobernar para abatir el endeudamiento público y la pobreza, incrementados en los sexenios de Camacho, Montiel, Peña Y Ávila; así como los índices de inseguridad y feminicidios, desempleo, desigualdad social y baja educativa. O, que reconcilie con justicia a tanta gente lastimada por hechos lamentables e impunes como Atenco, la ejecución en Tlatlaya y la expropiación de terrenos cercanos al nuevo aeropuerto internacional, negocio redondo para sus promotores.

¡Lástima de territorio pujante!, por la industria asentada, por la calidad de su gente, por sus recursos naturales en manos de trasnacionales -mineras- que seguramente gracias a los moches-concesiones explotarán sin piedad por décadas, las riquezas de los mexiquenses independientemente de la contaminación que provocan. Los mexiquenses no se merecen ese destino, delineado mediáticamente por unas cuantas cifras, que dicen científica y estadísticamente son certeras.

Doloroso observar que si bien hubo elecciones en otras tres entidades: Coahuila, Nayarit y Veracruz, amén de las extraordinarias en Tlaxcala y Oaxaca; la que mayor atrajo la atención negativa del respetable, fue ésta por ser considerada -en tiempos no tan remotos como laboratorio pre-presidencial- experimental.

¿Qué decir de una prensa oficiosa y aliada –en los momentos claves y conformada por periódicos, televisoras y radiodifusoras comerciales principalmente –líderes nacionales de la mentira, la tergiversación y el ocultamiento de información-  que sin ningún recato de análisis y prudencia, se lanzan de golpe y porrazo a echar a vuelo las campanas de triunfo para el PRIMAZO? Seguro que lloverán seis años más, los convenios publicitarios para sus empresas y con ello, la comisión asegurada por las divas del micrófono, la tecla y las candilejas.

Lo que se atestiguó esta noche de resultados adelantados en el Estado de México, pareciera ser la repetición en cámara rápida y lastimosa, de aquella de julio de 2006 en la que Felipe Calderón sería ungido vencedor por la propia autoridad, en la elección presidencial, violando a todas luces la ley electoral.

Pese a este tempranero y desalentador panorama electoral, queda todavía la espera paciente de ver fluir los resultados oficiales del IEEM, los distritales, de los que quizá puedan surgir sorpresas numéricas y adversas para quienes hoy con cinismo total exhiben con alharaca su cuestionado triunfo.

Asi mismo, se visualiza un largo, sinuoso y tenso proceso post-electoral, su judicialización. Ya veremos si la oposición ha aprendido las lecciones de documentar debidamente sus pruebas de posible triunfo, ante lo que ya pareciera un enésimo fraude electoral con magistrados a modo y que bien pudiera derivar –si no se resuelve satisfactoriamente- en violencia en las calles. Ello por la frase célebre del coordinador de la campaña priista Ernesto Nemer dicha a sus muchachitos y muchachitas en cónclave hace unos cuantos días y difundida en redes sociales por Anonymous… “le vamos a romper su madre al que se oponga al régimen priista”…  http://www.sinembargo.mx/02-06-2017/3231532

La interrogante entonces será para el 2018…  ¿cuál será la tarea ciudadana para procurar respecto a su voto, una elección federal confiable y transparente?

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