¿La misma gata revolcada? Imperialismo ≠ Globalización.
En un mundo “globalizado” pareciera que particularmente el término de imperio poco importa para las nuevas generaciones, dado que solo queda una vaga noción de éste. Como lo he manifestado en artículos anteriores, bajo un sistema educativo poco eficaz, las personas en el poder de aquellos años, les convenía que los estudiantes de los niveles básicos omitieran o simplemente no les prestaran atención a una parte vital, la economía.
Lo interesante de la palabra Imperialismo es que ha evolucionado para sobrevivir dentro de un sistema capitalista, y acorde a la RAE (Real Academia Española), el imperialismo es la actitud y doctrina que propugnan o practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política. –Subrayo económica y política porque actualmente, sabemos que hay países que tienen sus “colonias”. Un dominio en primera instancia militar y que posteriormente, se derivó en los dos siguientes.- Al menos la definición sigue vigente, aunque no lo digan como tal.
Ahora bien, en contraste con la globalización, la RAE define a ésta como: la creciente interdependencia entre países, culturas y sociedades. Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales. Más allá de querer hacer un recuento de la historia –que muchos lo hacen- realicemos un simple y sencillo ejercicio, que esto compete a la materia de economía y seamos honestos, en éste hermoso país, no existe una cultura de la economía –aunque exista el Museo Interactivo de Economía (MIDE) en el centro histórico de la Ciudad de México.- Solo por poner un ejemplo concreto, ¿a qué cadena de comida rápida vamos a comer frecuentemente? –Con esto no digo que esté en contra ni a favor- es una de las grandes necesidades del ser humano, comer y las grandes cadenas internacionales nos hacen dependientes de eso -y de muchas otras más-, al grado de explotar recursos naturales y animales. La producción desmedida hace que uno se vuelva “frívolo” indirectamente hablando, porque no vemos las consecuencias en nuestro cotidiano, pero en otras partes del mundo son muy evidentes.
Actualmente hay un fantasma del imperialismo que se manifiesta en éste tipo de necesidades, más la globalización y el sistema capitalista que actualmente consume y arrasa con países si no tienen una “economía estable”. En conclusión, hay que ser honestos y generar un encuentro con todos estos cambios vertiginosos que actualmente vivimos. Mientras no cuidemos los recursos naturales a nuestro alrededor y no se respeten los espacios públicos, no podemos hablar de futuro.
Por: Estefania T. Minor.
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Comentarios (2)
Baltazar
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Qué interesante
Si artículo me deja una profunda reflexion
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Flor y Látigo
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Gracias por leernos.
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