El Megaproyecto Santa Fe

Escrito por Flor y Látigo el . Posteado en Colaboración Ciudadana, Información General

Por: Lic. Neftalí González Del Río

A principios de los años ochenta, el gobierno de la Ciudad de México comenzó con  los primeros trazos del megaproyecto Santa Fe, uno de los más grandes y más importantes en América Latina, con la intención de atraer inversionistas y Empresas extranjeras. Para iniciar con el proyecto se realizaron expropiaciones de los predios de los habitantes que vivían cerca de la avenida Vasco de Quiroga y trabajos de limpieza de residuos contaminantes y el exceso de basura de la zona.

La construcción del megaproyecto contribuyó a la ampliación de vialidades, la prolongación y la pavimentación de éstas. La avenida Vasco de Quiroga se extendió hacia el poniente de la Ciudad. Se  construyó un puente–túnel que une el bosque de las lomas con Santa Fe. El proyecto de desarrollo consistió  en promover la inversión privada en virtud del centro urbano.

“El objetivo de este desarrollo era promover la inversión global mediante la creación de un proyecto que no solamente alojara compañías trasnacionales, sino también un centro comercial tipo estadounidense, servicios tales como cafés y restaurantes, escuelas y universidades privadas, hospitales, comunidades residenciales cerradas y exclusivos edificios de departamentos”[1].

El megaproyecto Santa Fe representó, desde el sexenio de Miguel De La Madrid, una posibilidad para el desarrollo inmobiliario, la modernización de la ciudad y la generación de impactos económicos en el sector terciario. En la década de los ochentas México atravesó por periodos de transición económica debido al modelo neoliberal y la caída del petróleo en 1973, por lo cual se buscaron estrategias económicas para impulsar el desarrollo.

El propósito de proyectos de desarrollo en la Ciudad de México consistió en frenar la descomposición social que comenzaba a manifestarse a causa del incremento poblacional, los altos índices delictivos, la marginación urbana y el subempleo, y hacer de la metrópoli una ciudad competitiva de acuerdo a los mercados internacionales.

El crecimiento poblacional se extendió hasta los suburbios de la zona metropolitana del valle de México, llegando la extensión a municipios del Estado de México como Tlalnepantla De Baz, Naucalpan De Juárez, Ecatepec y Atizapán De Zaragoza. Los impactos demográficos reflejaron el requerimiento de nueva infraestructura y la búsqueda de nuevas estrategias en la planeación urbana, como la dotación de de agua, el mejoramiento del sistema alcantarillado, la construcción de viviendas y la ampliación de vialidades. En 1974 se iniciaron los trabajos del “Circuito Interior hacia el sur/poniente, lo que ayudó a desahogar 50% de intersecciones conflictivas,”[2] y los primeros trazos de la línea dos del metro.

“El Departamento del Distrito Federal (DDF) lanzó, a finales de los años ochenta, cinco megaproyectos urbanos, los cuales comenzaron a implementarse a principios de la década siguiente: 1) la revitalización del Centro Histórico; 2) la reconstrucción del área de la Alameda, que más adelante se extendió al proyecto del corredor de la avenida Paseo de la Reforma y se convirtió en el proyecto del corredor Alameda-Reforma; 3) la creación de Santa Fe; 4) el mejoramiento de la Avenida Mazaryk, en Polanco y 5) el rescate del lago de Xochimilco”[3] (Carranco, 2008).

La construcción del proyecto  urbano Santa Fe significó la apertura de los servicios financieros y hacerle frente a los requerimientos globales modernos. Así pues, la estructura urbana se diseñó con la intención de asemejarse a los corporativos y ciudades de élite de los Estados Unidos de América y Europa para la construcción de identidad de una ciudad global[4].

“El complejo urbano que los desarrolladores anuncian con frases como “CITY Santa Fe: Bienvenido a la Civilización. Exclusividad en la mejor ubicación” o “Grand Santa Fe: Ubicado en el corazón de Santa Fe, el centro financiero, comercial, de negocios, cultural, educacional y residencial del siglo 21” fue descrito en 1988 (Jarquín y Lozada, 1988) como un paisaje desolador”.[5]

Los protocolos de modernización de un sector urbano en los países tercermundistas son infundados por los procesos globales y económicos promovidos por los países de primer mundo. Por un lado los países subdesarrollados pretenden competir, como  el caso de Santa Fe, el estilo de vida y la arquitectura urbana de los países primermundistas. Desde un punto de vista simbólico, el complejo de Santa Fe representa una “experiencia única” como si fuese una ciudad más de primer mundo, y lo es a medida que se constituye en la cotidianidad.

“Santa Fe expresa mediante su configuración urbana una realidad distinta, simboliza estatus y promete un estadío distinto al de la realidad nacional. Proyecta una sensación de estar dentro de una realidad mejor; estar dentro de esta realidad o lugar mejor proyecta una noción de un futuro mejor que es parte fundamental del discurso de la modernidad y eje del sistema capitalista donde recae el neoliberalismo y por ende podemos observar la representación simbólica/discursiva del Zona Especial de Desarrollo Controlado (ZEDEC)”.[6]

La demarcación por el diseño urbano y arquitectónico de Santa Fe, da la impresión de “estar entrando a un área  “diferente” de la ciudad.[7] El complejo urbano denota la influencia estética y los estereotipos de las grandes metrópolis como Nueva York, Toronto y Sydney, que a diferencia de otras colonias de la Ciudad de México no cuentan con esa clase de arquitectura y diseño. Además, cuenta con uno de los centros comerciales más grandes de América Latina,  y fraccionamientos  que ascienden a un millón de dólares su costo real; mientras que los alrededores del pueblo de Santa Fe se encuentran en la marginación y la pobreza.

Es importante comprender la representación simbólica de la vida urbana de los países de primer mundo para los países tercermundistas, ya que esto implicará la transformación de la realidad social y económica en función de los procesos globales.  La lucha de los países de Tercer mundo por concebirse en la modernidad y la globalización ha orientado la búsqueda del “mejoramiento  de áreas específicas de la ciudad, mientras en el resto del tejido urbano ascienden la pobreza y el deterioro de la infraestructura”[8]. El mejoramiento de un área o un sector urbano trae consigo consecuencias en los países subdesarrollados como la segregación del espacio, exclusión y pobreza.

Las consecuencias del megaproyecto Santa Fe resultaron perjudiciales, no sólo por la generación de pobreza sino la estructura urbana no cuenta con servicios de buena calidad: “carencia de alumbrado, falta de drenaje y problemas de Vialidad,”[9] y además ha propiciado la exclusión social y segregación del espacio público, produciendo dos realidades polarizadas en Santa Fe.

El diseño urbano del complejo de Santa Fe evoca el poder económico y la expansión del sector inmobiliario a nivel internacional. En el aspecto internacional, el megaproyecto Santa Fe ha generado ganancias millonarias en la venta de las expropiaciones, así como el asentamiento de empresas trasnacionales como  Hewlett Packard, ICA, Bimbo, Kraft Foods y Pepsi-Co.

Desplazamiento Forzado por el megaproyecto Santa Fe

Durante años, antes de las expropiaciones, Santa Fe se componía de minas de arena, basureros y pepenadores, las condiciones eran deplorables para la vida humana, únicamente la zona fue un centro minero que dejó de funcionar en los setentas. Las minas dejaron de ser rentables por lo que se optaron cerrarlas y se ocuparon para albergar residuos contaminantes, y a consecuencia de ello, en la actualidad, muchas zonas se encuentran en riesgo debido a las emisiones tóxicas. En la siguiente década, el gobierno de la Ciudad halló la posibilidad de transformar el tiradero de basura a un centro urbano de élite, desde entonces Santa Fe se convirtió en centro de inversión e infraestructura de los más importantes del país y de América Latina.

“A pesar de que el gobierno también describió el área como “habitada por un pequeño grupo de personas”, en realidad, al menos 2 000 pepenadores, uno de los gremios menos privilegiados de la sociedad, habían vivido ahí por décadas, y fueron desalojados para poder levantar el megaproyecto. Citando a Georgina Velásquez, el proyecto multimillonario fue “construido sobre la miseria”[10].

Se sabe que los pepenadores que habitaban cerca de los tiraderos de basura no fueron los únicos desalojados de sus casas; muchas personas originarias de Santa Fe tuvieron que desplazarse por las constantes amenazas del gobierno de la ciudad. Cuando se dieron cuenta los habitantes de las casas que se hallaban en la cerca de avenida Vasco de Quiroga y  los que ocupaban terrenos incluidos dentro del megaproyecto fueron desalojados de manera violenta por las autoridades locales, la mayoría de ellos que no contaban con papeles en regla sus terrenos habían sido expropiados fácilmente.

“Algunos se vieron ante la perspectiva de perder sus propiedades por completo y sin indemnización. Tras una persistente campaña de presión e intimidación, muchos aceptaron renuentemente opciones de vivienda inferiores que el gobierno les ofreció en barrios más alejados hacia el sur. Aquellos que se negaron a dejar el lugar, sintiéndose seguros porque eran los propietarios legales de sus terrenos y creían que esto les ofrecería protección, fueron desalojados por la fuerza y con violencia, y no recibieron ni indemnización económica ni vivienda alternativa en la cual pudieran reubicarse”[11].

En el caso de las personas que no fueron removidas perdieron gran parte de sus terrenos, “no recibieron ninguna indemnización o sólo una magra compensación económica que les dio cierto alivio mientras luchaban para reconstruir los muros de sus casas semiderruidas, pero que no los retribuía por los terrenos expropiados.”[12]

Cuando se manifestaron síntomas de incertidumbre, muchos de los residentes de Santa Fe, en vez de manifestar disturbios, decidieron renunciar sus terrenos por temor a quedarse sin vivienda y aceptaron la reubicación que el gobierno les asignó en “la unidad habitacional CTM Culhuacán[13]. Y las personas que no contaban con papeles oficiales, aceptaron la reubicación y las condiciones de vivienda que el gobierno les dio.

“Muchas familias de la colonia no tenían escrituras en regla de sus terrenos y aceptaron lotes más pequeños en áreas más distantes de la ciudad a cambio de la regularización de sus nuevas propiedades”.[14]

En cambio, otras familias que sí contaban con sus papeles en regla, sus derechos de vivienda fueron violentadas ante la supuesta expropiación que el gobierno había realizado desde hace dos años antes del desalojo. Éstas  que sí contaban con fundamentos legales, las autoridades eludieron la responsabilidad de los derechos de las personas, permitieron el desalojo forzado y actos de violencia ejercida por policías de la ciudad.

El gobierno de la ciudad justificó la represión porque a las víctimas se les había pagado la indemnización, pero se rehusaron a entregar los terrenos expropiados. Así, pues, las autoridades dictaminaron saboteos a las casas de las personas que se opusieron al decreto.

“Así dijo lo que pasó Constantina, víctima del despojo de su vivienda:Llegó Servicios Metropolitanos y la Delegación […] y pues con gritos y prepotencias […argumentaron] que esos terrenos eran propiedad del gobierno, y que a la gente que estaba ahí se le había pagado, y que ahora no los querían entregar”. Contar con escrituras en regla de sus tierras terminó no sirviéndoles de nada:Los papeles que tenía mi mamá en este entonces y todo, uno de mis hermanos que ya falleció se los guardó, se metió los papeles, porque los entraron a saquear… no querían que hubieran las evidencias”[15].

Cuando se comunicó a los habitantes de Santa Fe que serían reubicados, se rumoraba desde antes que serían despojados de sus viviendas a causa del megaproyecto. Pero la mayoría, en especial las personas originarias del pueblo, no tomaron importancia a los rumores, sin embargo otros no lo pensaron dos veces en desplazarse de la zona en desarrollo.

En la primavera de 1981, el gobierno comenzó a trabajar con las demoliciones de las viviendas expropiadas y limpieza de la zona donde se encontraban los tiraderos de basura. Y a consecuencia de los trabajos, se afirma que las autoridades invitaron a las personas a firmar documentos donde se hablaba de la indemnización que recibirían por parte del gobierno, pero la supuesta compensación nunca llegó para muchos.

 “Muchos perdieron más de la mitad de su patrimonio y a otros les afectaron en algunos metros, les hicieron creer que les iban a pagar y no les cumplieron. Algunos firmaron creyendo que era para reposición de su dinero y después les dijeron que no, que habían firmado una donación, los engañaron […]. Fue una ampliación arbitraria porque no les avisaron a tiempo, cerraron los dos extremos de la vía, al inicio y término del pueblo y empezaron a tirar con maquinaria. Hubo gente que no tuvo tiempo de sacar sus cosas, muchos de sus papeles personales quedaron sepultados en el lodo[16]

Según algunos afectados por el desplazamiento dicen que: “No hubo consultas con los residentes del área antes de las demoliciones,”[17] fueron tomados por sorpresa hasta que dieron inicio los trabajos de demolición. Cuando recibieron noticias por parte de las autoridades se vieron presionadas a tomar la decisión de firmar los documentos que se les presentaron. A consecuencia de esto, legalmente las viviendas de las víctimas pasaron a manos del gobierno.

“Muchas familias perdieron hasta la mitad de sus casas en la ampliación de la avenida. Cuando fueron ante las autoridades locales con el fin de reclamar su indemnización, los documentos que habían firmado fueron usados en su contra para rechazar sus demandas. Algunos no recibieron ninguna indemnización ni por la tierra expropiada ni por los daños a las casas”[18].

Los habitantes que habían sido despojados de sus terrenos tuvieron que migrar a otras delegaciones de la ciudad y adaptarse a las nuevas condiciones de vida. Por el momento no se han presentado denuncias del caso en la comisión nacional de derechos humanos.

Vivienda y Suministro de agua en Santa Fe.

En el año 1982 se desarrolló la  primera fase del  proyecto de desarrollo Santa Fe por la Dirección General de Construcción  y Operación Hidráulica (DGCOH). Las primeras obra consistieron en la ampliación de la avenida Vasco de Quiroga y  la construcción de un vaso regulador. Posteriormente dio paso la construcción de las nuevas instalaciones de la Universidad Iberoamericana y  la reubicación de basureros y alrededor de 400 familias. Los trabajos de infraestructura posibilitaron la construcción de sistemas de drenaje y la dotación de agua potable destinada para el complejo urbano. Sin embargo, en la actualidad las condiciones pluviales de la tierra complican el abastecimiento de agua.

“Es importante destacar las obras hidráulicas, ya que debido a la composición geográfica de la zona es sumamente complicado el llevar agua potable a Santa Fe, por ello tal vez se explique el establecimiento de una planta de tratamiento de aguas residuales en la zona de la ZEDEC; sin embargo hasta la fecha (2013) la falta de agua es un grave problema de la zona”.[19]

El problema del abastecimiento de agua en Santa Fe es un problema que mantiene en tensión a las familias que viven en las delegaciones Cuajimalpa y Álvaro Obregón, incluyendo a la ciudad en general. Se corre el riesgo de  que los suministros de agua se agoten. Geovana Royacelli, columnista del diario El Universal, argumentó que “la falta de agua es un problema generalizado de toda la ciudad; sin embargo, quienes habitan en Santa Fe no tienen la garantía de que habrá suficiente líquido en los próximos años[20].  Aunque, por otra parte El Plan Parcial de Desarrollo Urbano (PPDU) ha puesto en marcha medidas para regular los suministros y  a modo que se desperdicie en menores cantidades de agua.

El sistema Hidráulico de Lerma y Cutzamala son los principales fuentes de almacenamiento de Santa Fe libera alrededor de “19, 950,000 litros  diarios para abastecer a 35,000 habitantes residentes del lugar, es decir 570 litros por habitante[21].  El suministro de agua se divide entre Santa Fe y el pueblo de Santa Lucía.

El Plan Parcial de Desarrollo Urbano (PPDU), aprobado desde el 10 de abril del 2012 por la asamblea legislativa del Distrito Federal, consistió en la solución de las problemáticas relacionadas con la movilidad poblacional en Santa Fe, precisamente se discuten las problemáticas relacionadas al suministro de agua y entre otros. El plan pretendía establecer medidas a corto, mediano y a largo plazo para garantizar el abastecimiento de agua y la construcción de vivienda para las zonas en crecimiento poblacional que se extiende hacia el predio La Mexicana.

No obstante, se manifiesta un problema latente a partir de la construcción de Viviendas en La Mexicana, sólo el problema del agua sino el incremento vial en la zona. Se podrían generar afectaciones a las personas que estudian y trabajan, ya que la sobre población traería consigo graves problemas en el abastecimiento de agua y servicios, y por otra se incrementarían los niveles de contaminación  debido a almacenamiento de basura y carga vehicular.

 Las controversias que se han generado en la construcción de viviendas en La Mexicana en lugar de mejorar condiciones en el suministro de agua, las decisiones las tomó el Gobierno de la ciudad ya que consideró prudente aprobar la construcción de 5 mil viviendas. Sin embargo, las consecuencias de dicha construcción afectaría a 30 000 familias de las delegaciones Álvaro Obregón y Cuajimalpa.

“El GDF consideró «prudente», aprobar la construcción de nueva vivienda sin mejorar el suministro de agua potable en la zona y el transporte público; lo cual hará más grave este problema y terminará por afectar más a los asentamientos de clases bajas”[22].

Ahora bien,  los intereses del Gobierno de la Ciudad han ocasionado irregularidades en Santa Fe por falta de atención a los servicios públicos y principalmente a sus ciudadanos. Según el coordinador del Centro para el Desarrollo Urbano de Santa Fe y urbanista,  Javier Abelardo López, ha  desacreditado la acción de los legisladores del Distrito Federal por omisión en el cumplimiento a las problemáticas en torno al tema del agua, la calidad de servicios y la vivienda.

Javier Abelardo López criticó duramente el plan de desarrollo de Santa Fe por ser ineficaz para la solución de las problemáticas que ocurren en el pueblo. Además, denunció la falta de atención y la irresponsabilidad de los legisladores para atender  las preocupaciones de la asociación de colonos y representantes de las colonias Álvaro Obregón y Cuajimalpa respecto al tema del suministro de agua. En una declaración, Abelardo López dijo lo siguiente, cuando se aprobó el Plan  Parcial de Desarrollo Urbano en el 2012:

«La gente está insatisfecha y hubo quienes les advirtieron ‘nos vemos en las urnas.’» El único recurso legal que queda para defender el lugar donde vivimos es promover un amparo. (…) «Nos recibieron los diputados para que expusiéramos nuestras propuestas, mientras en el Pleno estaban aprobando el Programa que no tiene el consenso de los vecinos.»[23]

La decisión del Gobierno de la ciudad de construir viviendas en regiones de alto riesgo, por las condiciones de erosión pluvial y los efectos de los residuos tóxicos que habitaron en la zona, ha conllevado conflictos políticos por no considerar  las quejas y las denuncias de la asociación de colonos de Santa Fe, representantes de las delegaciones Álvaro Obregón y Cuajimalpa. Las acciones legislativas del Gobierno han dejado aún lado la atención de sus ciudadanos en vez de establecer planes de desarrollo antes de cualquier asamblea.

Las consecuencias del deterioro del suelo en Santa Fe han propiciado derrumbes y deslaves en las barrancas y mesetas que conforma la ZEDEC.  Los deslaves son uno de las principales preocupaciones que mantiene en alerta a los habitantes de los fraccionamientos y hoteles. Se afirma que residentes del fraccionamiento residencial Vista del Campo, levantaron  quejas en contra de las autoridades en el otoño del 2015 por la falta de atención. Muchos de los residentes han decidido mudarse a otras zonas donde su vida no peligra. Por ello los habitantes consideran inhabitables los edificios ante los constantes deslaves y derrumbes.

El fraccionamiento  es inseguro, no cuenta con rutas de evacuación o servicios de emergencia. En caso de presentarse una situación de emergencia sería dificultoso evacuar a los habitantes, ya que las salidas de emergencia son insuficientes para garantizar la seguridad. Es por ello que los residentes manifestaron ante las autoridades el pánico de perder sus vidas en Noviembre del 2015.

Conclusiones.

Los problemas que atañen a Santa Fe son derivados de un creciente déficit en la infraestructura urbana; las problemáticas causadas por la segregación del espacio entre pobres y ricos; deficiencias en el transporte público; la seguridad; la contaminación por residuos tóxicos y el descuido del espacio público. Las preferencias del Gobierno mexicano por llevar a la Ciudad de México al ritmo de las ciudades globales para mejoramiento del sector financiero, mientras  que el resto del tejido del pueblo de Santa Fe asciende a la pobreza y el deterioro de la infraestructura.

La elección del Gobierno de establecer proyecto de desarrollo en una zona poco sostenible no resultó ser del todo redituable por los rezagos del deterioro del subsuelo y la actividad minera que dejó de laborar a finales de los años setenta. Hoy en día los habitantes de Santa Fe viven en descontento con respecto al papel que ha asumido la autoridad en estos treinta años desde que se inició los trabajos del proyecto de desarrollo.

Las autoridades locales difícilmente se han ocupado en resolver en cada una de las problemáticas en torno al agua, la contaminación de las barrancas y el exceso de basura que abunda en las calles, el sistema de transporte colectivo y el caso de los deslaves de las mesetas que ponen en riesgo edificios de alto poder adquisitivo. Las acciones legislativas del Distrito Federal han puesto la mirada en otras preocupaciones sobre Santa Fe, pero ha descuidado las principales como la atención de la ciudadanía que enfrenta los problemas de vivienda y servicios. Por ello el pueblo de Santa Fe y las colonias cercanas están en riesgo de quedarse sin agua para los próximos años. La asociación de colonos ha tomado la iniciativa de intervenir políticamente en presionar a los diputados locales hacerse cargo de la solución de la problemática del suministro de agua y la regulación del incremento de nuevas viviendas.

Fuentes.

Andrade, Karen. (23/08/2016). La CDMX en los años 70. Más por más. Obtenido en (23/ 03/ 2017) en https://www.maspormas.com/2016/08/23/la-cdmx-en-los-anos-70/

Castañeda, R., (2014) El megaproyecto de Santa Fe a treinta años de distancia la construcción de la Supervía: Poniente a debate, Espacialidades. Revista de temas contemporáneos sobre lugares, política y cultura, vol. 4, núm. 1, enero-junio P. 8 y 9, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa, Distrito Federal, México. Castro Mercado, Omar, “Impacto Urbano-Ambiental en la Ciudad de México generado por la urbanización. Estudio de caso: Santa Fe”. IPN, Tesis de Maestría. Ciudad De México, p. 89

Kunz, Gustavo, (2014) La constitución urbana y espacial de la ZEDEC Santa Fe: origen y desarrollo producto de la reestructuración urbana, y símbolo del proyecto neoliberal mexicano”, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. p. 39.

Gómez Flores, Laura. (13/06/2011). Santa Fe, al borde del colapso por falta de

planeación urbana. La Jornada. Obtenido el (23/ 03/ 2017) en http://www.jornada.unam.mx/2011/06/13/capital/035n1cap

Moreno Carranco, María, La producción espacial de lo global: lo público y lo privado en Santa Fe, Ciudad de México, Alteridades, vol. 18, núm. 36, julio-diciembre, 2008, pp. 75- 86

Royacelli, Genoveva, (11/04/2012), Santa Fe, polo de desarrollo y de problemas de

movilidad. El Universal. Obtenido el (23/ 03/ 2017) en http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/111048.html.

Sassen, S. (1991), Deciphering the Global, Nueva York: Routledge. Shoshan, Nitzan, Las temporalidades de la crisis en Santa Fe, Distrito Federal, Sociológica/ UAM, vol. 30, núm. 84, enero-abril, 2015, pp. 9-38

Referencias:

[1]Moreno Carranco, María La producción espacial de lo global: lo público y lo privado en Santa Fe, Ciudad de México, Alteridades, vol. 18, núm. 36, julio-diciembre, 2008, pp. 75-86

[2] Véase en https://www.maspormas.com/2016/08/23/la-cdmx-en-los-anos-70/

[3] Castañeda, R., (2014) El megaproyecto de Santa Fe a treinta años de distancia la construcción de la Supervía: Poniente a debate, Espacialidades. Revista de temas contemporáneos sobre lugares, política y cultura, vol. 4, núm. 1, enero-junio P. 8 y 9,  Universidad Autónoma Metropolitana  Unidad Cuajimalpa, Distrito Federal, México.

[4] Saskia Sassen (1991) define a las ciudades globales como aquellas que vinculan las economías regionales, nacionales e internacionales con la economía global, sirviendo como puntos nodales, desde donde los flujos de capital, información, mercancías y emigrantes se intersecan y desde donde estos flujos son re direccionados.

[5] Moreno Carranco, María La producción espacial de lo global: lo público y lo privado en Santa Fe, Ciudad de México, Alteridades, vol. 18, núm. 36, julio-diciembre, 2008, pp. 75-86

[6] Kunz, Gustavo, (2014) “La constitución urbana y espacial de la ZEDEC Santa Fe: origen y desarrollo producto de la reestructuración urbana, y símbolo del proyecto neoliberal mexicano”, Universidad Iberoamericana,  Ciudad de México.  p. 4

[7] Moreno Carranco, María La producción espacial de lo global: lo público y lo privado en Santa Fe, Ciudad de México, Alteridades, vol. 18, núm. 36, julio-diciembre, 2008, pp. 75-86

[8] Ibídem.

[9] La Jornada: Santa Fe, al borde del colapso por falta de planeación urbana, http://www.jornada.unam.mx/2011/06/13/capital/035n1cap

[10] Moreno Carranco, María La producción espacial de lo global: lo público y lo privado en Santa Fe, Ciudad de México, Alteridades, vol. 18, núm. 36, julio-diciembre, 2008, pp. 75-86

[11]Shoshan, Nitzan,   Las temporalidades de la crisis en Santa Fe, Distrito Federal, Sociológica / UAM, vol. 30, núm. 84, enero-abril, 2015, pp. 9-38

[12] Ibídem.

[13] Kunz, Gustavo, (2014) “La constitución urbana y espacial de la ZEDEC Santa Fe: origen y desarrollo producto de la reestructuración urbana, y símbolo del proyecto neoliberal mexicano”, Universidad Iberoamericana,  Ciudad de México.  p. 35.

[14]Shoshan, Nitzan,   Las temporalidades de la crisis en Santa Fe, Distrito Federal, Sociológica / UAM, vol. 30, núm. 84, enero-abril, 2015, pp. 9-38

[15] Ibídem.

[16] Castañeda, R., (2014) El megaproyecto de Santa Fe a treinta años de distancia la construcción de la Supervía: Poniente a debate, Espacialidades. Revista de temas contemporáneos sobre lugares, política y cultura, vol. 4, núm. 1, enero-junio P. 8 y 9,  Universidad Autónoma Metropolitana  Unidad Cuajimalpa, Distrito Federal, México.

[17] Shoshan, Nitzan,   Las temporalidades de la crisis en Santa Fe, Distrito Federal, Sociológica / UAM, vol. 30, núm. 84, enero-abril, 2015, pp. 9-38

[18] Ibídem.

[19] Kunz, Gustavo, (2014) “La constitución urbana y espacial de la ZEDEC Santa Fe: origen y desarrollo producto de la reestructuración urbana, y símbolo del proyecto neoliberal mexicano”, Universidad Iberoamericana,  Ciudad de México.  p. 36

[20]Geovana Royacelli, «Santa Fe polo de desarrollo y de problemas de movilidad», http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/111048.html, consultado el 20/12/13.

[21]  Castro Mercado, Omar, “Impacto Urbano-Ambiental en la Ciudad de México generado por la urbanización. Estudio de caso: Santa Fe”. IPN, Tesis de Maestría. Ciudad De México, p.  89

[22] Kunz, Gustavo, (2014) “La constitución urbana y espacial de la ZEDEC Santa Fe: origen y desarrollo producto de la reestructuración urbana, y símbolo del proyecto neoliberal mexicano”, Universidad Iberoamericana,  Ciudad de México.  p. 39.

[23] Véase en: http://www.eluniversaldf.mx/cuajimalpa/nota44560.html

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